La mayoría de los peluqueros tienen más de un cortapelo en su salón de peluquería y esto obedece más a la experiencia que a otra cosa, pues un buen profesional sabe que aunque las máquinas buenas raramente se estropean, pero lo que no sucede en años sucederá según la Ley de Murphy en el justo momento que estemos a medio de cortar el pelo a un cliente.