En primavera y sobre todo en verano las personas disfrutamos mucho más del sol por que con los cambios estacionales no solo nos acercamos algo más al Sol, sino que además los rayos del astro rey se reciben de manera más directa, y aunque las estaciones son más cálidas hay que prestar atención a la exposición prolongada a los rayos de sol.

Cuando la temperatura es cálida, el cuerpo se atempera rápidamente pero si la temperatura es alta decimos que «el Sol está pegando» y nunca mejor dicho porque los rayos solares nos traen luz y calor, pero también provocan un fenómeno conocido como radiación ultravioleta o radiación UV a la que estamos expuestos todos y de la que debemos saber como protegernos.

¿Que son los rayos ultravioletas?

La mayoría de las personas podemos observar una gama de colores, visible en la naturaleza cuando la luz se descompone en sus colores primarios en forma de arco, al que llamamos arco iris.

El arco iris no es otra cosa que un fenómeno óptico y metereológico que descompone la luz solar cuando los rayos del sol chocan con los millones de gotas de agua de la atmósfera dejando un espectro visible de franjas de varios colores, que van del rojo al violeta.

Sin entrar a explicar el porque de estos colores, lo cierto es que estos son los que podemos ver, pero más allá del violeta hay otras radiaciones electromágneticas cuya luz es invisible al ojo humano al estar por encima del espectro visible.

Esta luz que no vemos es la luz ultravioleta, y los rayos son conocidos como rayos UV.

Hay tres tipos de rayos UV,  identificados con una tercera letra, A,B, ó C , dependiendo de su longitud de onda, aunque los llamados UV-C no llegan a la superficie terrestre y solo un 10% de los UV-B consiguen llegar hasta aquí, pero los clasificados como A, denominados rayos UV-A ó UVA no son retenidos por la atmósfera y alcanza de pleno la superficie terrestre.

Los rayos UVA

Conociendo que hay tres tipos de rayos UV, como hemos dicho, los rayos UV-A ó rayos UVA son los que llegan hasta nosotros, y su efecto se nota en nuestra piel y nuestro cabello, pues son los responsables de que la piel tome un color bronceado, aunque todos sabemos que hay que protegerla con una crema apropiada.

De igual manera el cabello hay que protegerlo con un champú reparador solar formulado específicamente para proteger y reparar los cabellos expuestos al sol.

El cabello también puede protegerse con tratamientos capilares con filtro UV como mascarillas con filtro UV que nutre y repara los cabellos tras la exposición solar protegiéndolos de la oxidación.

Al igual que la piel recupera su textura con las cremas, la fibra capilar recupera su suavidad y flexibilidad con el uso de estos tratamientos capilares.