La peluquería es un arte en constante evolución y desde hace siglos se vienen utilizando objetos cortantes como navajas, cuchillas y tijeras para cortar el pelo y peines y cepillos para peinar y alisar el cabello, aunque todos estos utensilios de peluquería también han cambiado con el tiempo.
El peine ya lo conocían nuestros antepasados prehistóricos donde seguramente surgió por la necesidad de desparasitar el cabello, ya que hay vestigios de peines muy antiguos que se han encontrado en tumbas egipcias revistiendo estos unas formas parecidas a las de nuestros peines actuales.
Nuestros antepasados comenzaron a peinarse para distinguirse socialmente
Con el uso del peine para el aseo, surgió la costumbre de llevar el cabello peinado ya que quienes mostraban el pelo peinado eran quienes lo habían desparasitado y se sentían orgullosos de mostrarlo así para que los demás vieran que estaban «limpios», así que enseguida otras personas siguieron las mismas costumbres y después de quitar la suciedad al pelo lo dejaban peinado como símbolo de distinción social.
Pronto el acicalado del pelo se convirtió en algo normal que aunque no podía hacerse a diario, quedaba reservado para los días de descanso, sobre todo para lucirlo en las celebraciones.
No había otra herramienta mas cómoda y práctica que un peine con púas para arreglar el cabello y aunque los peines comenzaron a fabricarse con huesos o madera con el tiempo han podido fabricarse con metal, plástico y otros materiales.
Mucho mas tarde apareció el cepillo para el pelo ante las necesidades de las damas de desenredar y peinar el cabello largo quienes encontraban en la nueva herramienta algunas ventajas frente al clásico peine ya que los nuevos cepillos podían peinar y desenredar sin necesidad de meter el peine hasta dentro puesto que los cepillos disponían varias púas rígidas y un mango para sostenerlo y utilizarlo con facilidad.
Aunque no se tiene constancia de patentes anteriores, parece ser que la primera empresa que patentó el cepillo de peluquero fue la francesa Felluoid en el año 1979.
Ya que se fabrican con distintas formas, los cepillos de peluquería son muy demandados tanto para uso profesional como para utilizarlos en casa, y han pasado a convertirse en instrumentos imprescindibles para el aseo y cuidado personal, tanto por su utilidad como por su sencillez, insustituible de momento por otros instrumentos con la excepción del peine que es de donde partió su diseño.