En un post anterior explicamos que en las peluquerías, mientras el cliente permanece sentado en un cómodo sillón, el peluquero debe trabajar sobre el, de manera que en la mayoría de los casos el profesional trabaja de pié para poder tener sus manos a una altura de trabajo óptimo.

Para el peluquero es más fácil agacharse para cortar el pelo que intentar alzar los brazos para llegar a la zona de corte, más que nada porque los brazos deben estar relajados y las manos trabajar mas o menos a la altura de los codos, por tanto, la cabeza del cliente quedará aproximadamente a la altura de los codos del peluquero.

Si se trabaja a esta altura, el campo visual del peluquero es prácticamente del 100%, y solo tendrá que agacharse un poco si necesita ver por debajo de la nuca del cliente, aunque bastará una simple torsión del cuello y reclinar la cabeza para ver esta zona con facilidad.

Todo el trabajo puede hacerse de pie o sentado en un taburete de peluquería que le permitirá colocarse junto al cliente ya sea de lado o detrás de el, permitiéndole estar ala misma altura que si estuviera de pié y dejándole total libertad de movimientos.

Estos taburetes para peluqueros suelen tener ruedas para que el peluquero se pueda desplazar sin necesidad de levantarse del asiento.

Hay quienes le llaman taburetes para peluqueros caninos porque precisamente son muy útiles en las peluquerías caninas debido a que en estos casos si el peluquero permanece de pié tendría que trabajar inclinado y es mucho más práctico permanecer sentado y mover al perro y no al revés.

Desde la posición que nos dé el taburete es muy fácil pasar el cortapelo para perros por todos los lados, además de que la tarea se hace más fácil y el peluquero se cansa mucho menos.