A veces nos topamos con máquinas muy completas que incorporan muchos mas accesorios y opciones que las que estamos acostumbrado a ver en aparatos similares y nos llegamos a preguntar si los que no tienen tantas opciones de funcionamiento acaso adolecen de algo. 

Cuando aparecieron los primeros secadores de pelo, estos solo tenían un interruptor para ponerlos en marcha y eran los únicos automatismos visibles en el exterior del aparato.

Más tarde al dotarlos de una resistencia que generaba calor, al interruptor hubo que añadir otro para el aire caliente que en este caso conectaba la resistencia del secador.

Pasa el tiempo y se hace imprescindible regular la velocidad del ventilador para disponer de un caudal de aire mínimo y máximo, así que el interruptor de encendido es sustituido por un interruptor o conmutador múltiple para poder seleccionar cualquiera de las velocidades.

Años después se incorporan termostatos que protegen el secador de pelo para que no se caliente demasiado, aunque estos funcionan de manera automática y se incluyen en los circuitos eléctricos de los aparatos.

La tecnología se basa en la ciencia y avanzan a la par, así que lo último por ahora, que no será lo último en el futuro, son los secadores iónicos, que permiten eliminar la energía o electricidad estática del cabello al mismo tiempo que lo secan, de manera que el pelo no queda encrespado, y por tanto mas sano y con mejor aspecto.

Con la incorporación de nuevos extras, mas y mejores accesorios y un «puesto de mando» desde donde se controlan las diferentes variantes u opciones de los aparatos,  los secadores de pelo se han perfeccionado y han dejado de ser unos simple ventiladores para convertirse en auténticas máquinas de secar el pelo.