El mundo de la peluquería es algo más que un salón con espejos, sillones y secadores de pelo, porque si hay algo que caracteriza a un buen salón de peluquería es la formación y la trayectoria profesional de sus peluqueros que son la esencia de la peluquería.
Cuando una peluquería cambia de dueño, el nuevo peluquero si ha trabajado en ella, seguramente continuará el negocio con el mismo trato, las mismas técnicas, e idénticas normas, y por tanto mantendrá el mismo horario, seguirá con los mismos proveedores y utilizará los mismos artículos y productos de peluquería.
Sin embargo cuando un peluquero compra el traspaso de otra peluquería, seguramente cambiará los conceptos del nuevo negocio reformando el local y adecuándolo a su sistema de trabajo, por lo que podríamos decir que la nueva peluquería estará adaptada a su forma de trabajar, incluso en decoración y colocación del mobiliario y por tanto eso llevará consigo unos nuevos horarios, nuevas costumbres para los clientes y seguramente el cambio de proveedores de los utensilios para peluquería porque cada profesional trabaja con su marca preferida de accesorios y productos de peluquería.
Como dice el dicho de que «cada maestrillo tiene su librillo» , en el mundo de la peluquería no podía ser menos y esto se aplica a rajatabla porque cada estilista dispone unas normas a sus empleados para que todos sigan la misma línea, y utilicen los aparatos y productos de la misma forma, algo primordial en las franquicias de peluquería.