Siempre hay algo que distingue a una marca con respecto a las demás y siempre hay alguna marca que destaca por algún motivo y eso es precisamente o que acompaña a la marca junto a las opiniones de los propios clientes.

En el caso de los cortapelos, cada fábrica estampa su marca en ellos  como símbolo de garantía, para que el posible comprador sepa que el logotipo de la máquina es algo más que un elemento decorativo.

Las máquinas de cortar el pelo al principio de salir al mercado solo servían para rapar el pelo y por tanto fueron creadas para el público masculino.

Solo unas cuantas marcas de cortapelos lograron sobrevivir durante décadas y algunas de las que hoy tenemos en el mercado cuentan con una trayectoria digna de mencionarse en cada prospecto que acompaña a los distintos modelos de cortapelos.

Como hemos explicado en otras ocasiones «Los actuales cortapelos han evidenciado una trasformación y ya no son tan pesados como los primeros que se fabricaron, sus motores son bastante mas silenciosos y funcionan sin transmitir el movimiento a la mano del que lo usa, algo muy importante para no tener que cortar el pelo con la mano vibrando al compás de un motor»

Las máquinas mas modernas son las herederas de las máquinas antiguas, reformadas tantas veces que en ocasiones ya no tienen nada en común con sus antecesoras.

Hoy en día las máquinas de calidad como Oster, Wahl, Aesculap, Moser o Andis por citar a unas cuantas, se fabrican bajo estándares de calidad, que consolidan la marca y por tanto están en el circuito comercial profesional desde hace años, mientras que otras terceras marcas nunca han podido competir con ellas ni siquiera ofreciendo el precio mas bajo del mercado, y es que en un cortapelo el cliente busca calidad y funcionalidad frente al factor precio que es menos relevante a la hora de adquirir un cortapèlos con buenas prestaciones.